Arte e infancia están cerca. Por eso, en pleno fin de semana del arte en Madrid vamos a hablar de arte, infancia y libros ilustrados que potencian las capacidades de esta pequeña tropa. Aquí os dejamos los libros de Marion Deuchars y otras cinco recomendaciones que provocan la interacción directa y libros que nos dan a conocer las últimas tendencias en arte contemporáneo.
Si tú también eres de los que dicen al ver muchas obras de arte contemporáneo: “eso lo pinta hasta un niño”, hoy vamos a demostrar que no hay que simplificar tanto, que hay que huir de esa visión reduccionista del arte y de las capacidades de los artistas y de nuestras niñas y niños.
Cuando los pequeños de la casa experimentan con técnicas artísticas no pretenden ser los mejores ni que los adultos busquemos en ellos al nuevo Picasso. Hoy queremos que experimenten, que se manchen las manos, que lo ensucien todo, que sean espontáneos, que dejen sus huellas. En definitiva, que dejen sus firmas únicas e irrepetibles.
¿Qué relación han de tener niñas y niños con el arte?
Siempre he pensado que el aprendizaje del arte debe ser espontáneo. La curiosidad es un instinto que los niños mantienen todavía en estado muy puro y son una hoja en blanco para observar, experimentar y aprender. Lo que hay que intentar es mantener vivo ese impulso. Su primera comunicación, antes de la expresión escrita, es el dibujo. Dos puntos y media circunferencia pueden ser el símbolo de una cara, un icono, y ellos establecen de inmediato una asociación conceptual que les permite entenderla y también ser capaces de reproducirla con un lápiz y un papel.
La percepción visual y plástica de la realidad a través del arte les ayuda a sintetizar los contenidos y expresarlo en sus dibujos. De este modo tan sencillo llegan a la creación artística. Educar en el arte es fundamental, es la forma de que su manera de ver la realidad sea activa y no pasiva, y de que establezcan una conexión interior entre su personalidad y su manera de representar lo que sus ojos ven. Por eso es importante que los niños dibujen a la vez que aprendan arte, para que dispongan de herramientas y técnicas para expresar su propia visión dejando siempre abiertas todas las opciones para su comunicación.
¿Cómo contribuyen vuestros libros a que niñas y niños se enamoren de los museos, galerías de arte…, en fin, del arte?
Intentamos presentar el arte sin clichés, de una manera casual. Por ejemplo, a Marion Deuchars en Arte. Crea tu libro y en Dibuja, pinta e imprime se le ocurre proponer que el niño puede dibujar un bigote o lo que le dé la gana a la mítica Gioconda de Leonardo da Vinci. Es una decisión divertidísima y gamberra que desmitifica la obra y al mismo tiempo se aprende de ella, porque el niño la hace suya; en ese momento entiende por qué es un icono de la historia del arte. Pero el resultado del aprendizaje se hará visible el día que viaje a París y en el Louvre vea el cuadro. Lo va a reconocer como algo también muy suyo, y con ello se le abrirá la curiosidad por otras obras de arte.
Creo que hay que saber mezclar los conceptos de los contenidos culturales con el juego, a través de su propia práctica. Enseñarles a saber romper moldes, porque estamos hablando de niños, y lo que más les gusta es jugar, y luego curiosear.
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