Hay niños que se distraen con un ruido, una luz o con sus propios pensamientos. Les cuesta concentrarse y esto hace que vayan más lentos a la hora de aprender conocimientos o realizar tareas en casa.
No tienen porque ser niños especialmente nerviosos, es más, pueden ser niños tranquilos, que sin embargo, van a un ritmo más lento porque se despistan y no prestan la suficiente atención. ¿Cómo podemos ayudarles?
1. Crea una rutina diaria: si desde pequeños trabajamos con los niños con rutinas tal y como se realiza en la escuela lograremos que sean capaces de estar más centrados y conscientes de lo que tienen que hacer y vendrá después. Así, por ejemplo, un niño puede levantarse y después saber que tiene que estirarlas sábanas, asearse, desayunar y vestirse, o que después de llegar del cole tiene que hacer las tareas y después irá al parque para ducharse antes de cenar, TODO SON HÁBITOS.
2. Animar los nuevos hábitos: al principio puede costar un mundo hacerse a las rutinas, pero sabemos que hacemos lo mejor para ellos. Entonces, ¿Cómo podemos involucrarles en los nuevos hábitos?, podemos crear/encontrar canciones para los buenos días o para recoger los juguetes después de jugar, podemos hablar en el desayuno de lo que nos espera a lo largo del día para que no les pille por sorpresa y a la noche podemos hablar de las actividades hechas en el día.
No decaigas si un día se revela contra lo que parecía logrado, todos tenemos días que despertamos más nerviosos, lo que hay que tener claro es que A LOS NIÑOS LES GUSTAN LAS RUTINAS, LES AYUDA A ORIENTARSE EN EL TIEMPO Y LES HACE SENTIRSE SEGUROS.
Pero si aún así tu hijo no se centra, se desespera y no sabes que hacer, CALMA, estos son algunos de los truquitos que usamos en el aula:
-Después de una actividad en la que ha permanecido mucho tiempo (10-20 min) sentado, haced algo más movido, déjale que camine, se estire, cante un poco (NADA DE TV), la capacidad de atención va acorde a la edad y es entrenable.
-Mantén una actitud positiva y alegre: Anímale a esforzarse, recompensa su iniciativa y dedicación, les encanta ver el orgullo en sus padres.
-Cuando se oponga proponle empezar juntos la actividad.
-Genera una expectativa cuando termine la tarea: no como premio, si no como algo que espera a que termine la tarea, como que toca ir al parque.
-Aprovecha algunos trabajos, como los artísticos, para colocarlos en sitios visibles de la casa y enseñarlo a otros miembros de la familia, de nuevo, el orgullo es una gran recompensa para ellos.
-Comienza por la tarea más difícil y termina con la sencilla, así aprovecharás el momento de mayor concentración y cuando esté más cansado la tarea será más fácil.
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