La llegada del coronavirus a supuesto un cambio en las
conductas higiénicas de todos los países para evitar posibles contagios y
tratar de alcanzar esa “nueva normalidad”.
En España, ya se han abierto establecimientos e instituciones
siguiendo, eso sí, unas estrictas normas de prevención como el uso obligatorio
de mascarillas y gel hidroalcohólico, lavado continuo de manos, distanciamiento
de 1.5m…
Sin embargo, la adopción de este tipo de medidas resulta
especialmente difícil para algunos
grupos de población, en concreto, para las personas con autismo, ya que por las
características del trastorno pueden llegar a tener muchos problemas para
cumplir estas medidas.
Las personas con TEA suelen ser estrictos con sus rutinas y
presentar hipersensibles a algunos estímulos sensoriales o ambientales de forma
que utilizar una mascarilla puede resultar muy invasivo para ellos., por eso, debemos
familiarizarles con mayor frecuencia en su uso, con tiempos cortos de 5-10 min,
incluirla en nuestros pictogramas si los requiriese, recordar el uso de las
mismas en las agendas como preparación antes de salir de casa, el lavado de
manos al llegar a casa, etc.
También, debido al confinamiento han sufrido una desadaptación
de su rutina, por lo que la nueva normalidad supone un enorme reto para ellos y
sus tutores, que tendrán que crear nuevas rutinas que faciliten a los niños la comprensión
de este nuevo mundo dejando un espacio en blanco hasta saber qué ocurrirá con
las escuelas en el nuevo curso, pero pese a esta incertidumbre debemos tener
claro que esta nueva etapa escolar va a requerir, siempre, de un equipo fuerte
y unido de maestros, padres y administraciones.
Mientras tanto, tratemos que nuestros niños se relacionen
con seguridad, para que no sufran un retroceso en sus habilidades sociales,
pidamos pautas a nuestro terapeuta para poder trabajar un poquito desde casa y
sobre todo, disfrutemos con ellos de todas las experiencias que podamos.
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