Los niños últimamente piden slime sin
parar mientras los miras con ojos saltones porque no comprendes que
quieren. Slime, el blandiblú, flubber de siempre, vuelve a estar de
moda.
Se vende casi en cualquier kiosko y
juguetería, pero en este blog nunca nos fueran las cosas fáciles,
sino las divertidas, por eso para hoy os propongo crear slime en
casa.
Seguro que visitando Internet os habéis
encontrado (al igual que yo) cientos de recetas que prometían un slime fabuloso y si alguno os habéis animado…..el resultado es
decepcionante. Yo he probado distintas y o bien quedaban auténticas
piedras o no había forma de que cogiese forma la mezcla.
Otro problema que podéis encontrar es
que la mayoría emplea en sus recetas bórax, un producto altamente
tóxico, no recomendado para su manipulación y que provoca
irritaciones en los ojos y la piel. Yo creo que directamente
descartamos esta opción, ¿no?
Pues me alegra deciros, que tras muchos
intentos y desastre por fin tengo, LA RECETA DEFINITIVA DE SLIME SIN
BÓRAX, ¿qué os parece si ponemos manos a la obra? (PIDE
COLABORACIÓN A UN ADULTO).
Para hacer 1 slime necesitaremos:
100 ml de pegamento escolar( puede
ser cola blanca aunque es preferible la transparente incluso la
venden que brilla en la oscuridad)
Líquido de lentillas
Bicarbonato
Espuma de afeitar
Colorante alimenticio líquido
Purpurina (opcional)
Cucharas medidoras (si tienes)
Bol
Cuchara/tenedor de plástico duro
Tarro de cristal
¿Cómo se hace?
Vertemos en el bol el pegamento
líquido, la purpurina (si quisiésemos) y el colorante vegetal hasta
obtener el color deseado (con unas gotas suele ser suficiente) y
removemos bien para que se tiña.
A continuación añadimos una
cucharadita rasa de bicarbonato y mezclamos de nuevo.
Ahora es el
turno del líquido de lentillas.. En mi caso necesité 20 ml, pero
si no tienes nada con que medir puedes ir echándolo poquito a poco y
revolviendo hasta que la mezcla se despegue por completo del bol y se
pegue al tenedor de plástico.
Es el momento de amasar con las manos
. Al principio , se te puede pegar mucho en las manos, pero si amasas
bien le mezcla acabará teniendo textura de slime.
¡Y con esto sería suficiente! Aquí
ya tendríamos nuestro slime, pero nosotros, llegados a este punto,
decidimos añadirle un poco de espuma de afeitar (lo que se ve en
la foto)
y amasar con las manos. Al principio se te volverá más
líquido el slime y perderá intensidad en el color, pero si
continuas amasando el color volverá a ser más intenso y cogerá
mucha más elasticidad.
Curiosidad: con la espuma le estamos
añadiendo, además de elasticidad, ¡burbujas al slime!, por lo que
cuando lo tengas hecho y lo aprietes sonará crujiente.
Y ahora sí, hemos terminado con nuestro
slime, queda jugar con el (tener la precaución de tener la manos
bien limpias) y cuando termineis guardarlo en un tarrito de cristal,
yo, por ejemplo, he aprovechado uno de mermelada que tenía por casa.
¿Divertido verdad? Recordad que es un
material que no debe llevarse nunca a la boca y que debe mantenerse
alejado de niños menores de 3 años.
¡¡Que el mancharse no sea un
límite!!: si en el proceso se os mancha la ropa con el líquido
viscoso, no os asusteis, poned a calentar agua en una cazuela y
meteis el trozo afectado un par de segundos y lo sacais. Repitiendo
esta operación lo quitareis facilmente con los dedos.
¡¡A EXPERIMENTAR!!