miércoles, 29 de agosto de 2018

La conciencia fonológica



El lenguaje es una capacidad genética propia de todos los seres humanos, pero para lograr su desarrollo necesitamos algo más que esta habilidad innata, necesitamos la interacción con otro. El desarrollo del lenguaje se produce y cobra sentido en la reciprocidad que implica la comunicación con otros, y es aquí donde padres y educadores cumplen un rol fundamental.


Por eso la estimulación temprana de padres y educadores resulta necesaria para que los niños logren su máximo potencial en esta importante área de desarrollo.  Los niños comienzan a incorporar sonidos desde el nacimiento, especialmente en la relación que establecen con sus padres, por el vínculo afectivo que se genera durante el cambio de pañales, en la cercanía con su primer alimento … en este proceso ninguna de estas actividades se realiza sin establecer algún tipo de conversación, todo lo contrario, se le habla siempre, con mucho cariño e inicia los primeros juegos verbales simples y son las entonaciones también las que van incorporando los niños muy tempranamente”.

Una de las etapas más importante en el desarrollo del lenguaje infantil es la adquisición de la conciencia fonológica, la cual se suele trabajar en educación infantil mediante juegos, repetición e identificación de sílabas y sonidos. Se trata de la capacidad que tenemos los seres humanos para tomar consciencia de los sonidos del habla. Bravo (2006) define a la conciencia fonológica como “la toma de conciencia de los componentes fonéticos del lenguaje oral y el dominio de diversos procesos que los niños pueden efectuar conscientemente sobre el lenguaje oral”. A su vez, Villalón (2008) postula que “la conciencia fonológica es una capacidad metalingüística o de reflexión sobre el lenguaje que se desarrolla progresivamente durante los primeros años de vida, desde la toma de conciencia de las unidades más grandes y concretas del habla, las palabras y sílabas, hasta las más pequeñas y abstractas, que corresponden a los fonemas.” No cabe duda de que la conciencia fonológica es la responsable del reconocimiento y manipulación de las unidades fonológicas del lenguaje hablado, lo que la convierte en una habilidad indispensable para el proceso de adquisición de la lecto-escritura (Jiménez y Ortiz, 2000 en Bravo, 2002). Esta habilidad metalingüística posee tres componentes básicos que son el factor rima, el factor sílaba y el factor fonema, siendo este último el más importante para el aprendizaje de la lecto-escritura (Hoien, Lundberg, Stanovich & Bjaalid, 1995 en Bravo 2002).

Es por esa razón que la conciencia fonológica se considera una habilidad que debe fortalecerse durante la primera infancia. Esta habilidad les permite a los niños reconocer y usar los sonidos del lenguaje hablado, identificar palabras, contar el número de sílabas que la componen, y darse cuenta de los sonidos que se repiten en diversas palabras; todo esto permitirá que los niños se enfrenten de manera exitosa al proceso de lectura y escritura en la etapa inicial.

Por ello la observación temprana del lenguaje, es una herramienta fundamental para cualquier educador inicial, para poder potenciar el lenguaje en sus diferentes campos lingüísticos y de acuerdo con el perfil esperado para su edad. Una de las formas de evaluar el lenguaje a temprana edad, es a través de escalas e índices que miden el promedio de longitud de los enunciados. Ahora, eso es importante, más que para saber cuántas palabras tienen, importa la calidad del enunciado, qué tipo de palabras usa y cómo las usa.

El buen desarrollo de la conciencia fonológica y del desarrollo del lenguaje es fundamental, pues predice a los buenos lectores y escritores. De esta manera, no se puede leer y escribir si no se desarrolla de manera correcta la conciencia fonológica.

Si como a mí os ha interesado el tema, quedaros por aquí y suscribiros, próximamente se realizarán entradas para trabajar la conciencia fonológica.




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